Ya se está entregando en los
colegios los llamados cheques-libros para adquirir los libros de textos que el
curso que viene pasearán las futuras generaciones del siglo XXI por pueblos y
ciudades de nuestra singular patria.
Una sustanciosa cantidad de
dinero que las administraciones públicas gastarán (gastar significa consumir, estropear,
roer, terminar, tirar,…) en un ritual sin sentido en estos tiempos que corren.
Más de cien euros en papel que el alumnado deberá llevar sobre sus espaldas
diariamente o, en el mejor de los casos, arrastrar en mochilas con ruedas, de
casa al cole, del cole a casa.
Antiguamente el conocimiento se
llevaba en la cabeza, luego se llevó en la espalda y ahora, se arrastra por los
suelos. Vamos bajando el nivel.
El objetivo es que en cada
trayecto pase algún conocimiento del papel impreso a la mente de la infancia
mediante un ritual mágico llamado “los deberes”. Cientos de recomendaciones se
harán eco de la necesidad de adoptar una postura correcta en este transporte
para no generar problemas de salud en la espalda. Miles de palabras se gastarán
en la necesidad de generar motivación para que el trasvase de contendidos del
papel a la mente sea eficaz. Millones de euros se gastarán en revindicar el
buen uso de los textos en pro de la igualdad de oportunidades, en la mejora del
sistema, en la calidad de la enseñanza, en la ayuda a los más desfavorecidos,
en que si galgos o podencos.
Y digo yo:
- Si con el dinero que cuestan
los libros de textos de cualquier curso se puede comprar una tablet, en la que
se encuentra esos libros más millones de libros más, gracias al milagro
tecnológico que ha metido toda la información de la historia de la humanidad en
un bolsillo.
- Si podemos sustituir los 15
kilos de papel, haciendo una buena acción al medio ambiente y a la espalda de
la infancia, por el medio kilo, como mucho, que pesa cualquier dispositivo
digital.
- Si la desmotivación de tareas
memorísticas y repetitivas podemos sustituirla por tecnología de la información
y el conocimiento acorde con las necesidades
y deseos de las nuevas generaciones.
- Si el presente y futuro
inmediato de nuestros chicos y chicas está en la red y no en libros de textos
anticuados, desfasados y desmotivantes.
- Si los libros de textos sólo
existen en la escuela y los libros interesantes están en la vida…
¿Por qué no gastamos esos más de
cien euros en una tablet para cada personita, en vez de en libros de textos trasnochados? Pregunto.
Ganaría la educación, ganaría la
infancia, ganaríamos en salud, ganaríamos el futuro, aumentaría nuestra
eficiencia educativa,…
Perderían, eso sí, las
editoriales trasnochadas, que se dan puñaladas para vender humo mediante
regalos y técnicas de marketing despiadadas a costa de la infancia.
Con lo fácil que sería:
¿Queremos saber sobre las
plantas? Internet nos repara mil y una informaciones para indagar sobre tan
noble tarea.
¿Deseamos saber sobre animales?
En las redes encontraremos todas las respuestas con magníficos vídeos en los
que podemos sentir la emoción de una gacela huyendo de un león hambriento.
¿Queremos aprender sobre
cualquier contenido? Miles de páginas webs nos ayudarán en el empeño.
¿Necesitamos hacer niños y niñas
del siglo XXI? A navegar por la red para desarrollar seres curiosos y con
deseos de conocimiento.
¿Queremos que nuestros niños y
niñas disfruten de una maravillosa historia? Aquí sí necesitamos de libros,
tendremos que enfrentarlos a un cuento editado en papel, en donde el ritual de
pasar por cada página nos regala ilusión, comprensión, tiempo para la reflexión
y asombro.
Aunque nos resistamos, pronto
llegará el día en el que, a pesar de las políticas educativas y las rutinas
escolares, la educación cambiará. No debemos de resistirnos, porque quizás sea
tarde. La sociedad ya ha cambiado.
Verano de 2013
4 comentarios:
Completamente de acuerdo. Mi alumnado de secundaria me ha preguntado más de una vez: ¿por qué no nos dan una tableta en vez de tanto libro?"
Perdóname pero o eres un iluso o estás vendido al sistema.
Tienes toda la razón, soy un poco iluso. Tan sólo quería plasmar la contradicción en llevar a cuesta tantos libros en un mundo en el que todos los libros están en una pequeña table. Pero da la sensación que quiero vender tables. No era mi intención. Gracias por tu comentario.
bueeeno, si acaso dieras marcas..... es como si hace años nos hubieramos referido al "papel EL ELEFANTE" O SIMPLEMENTE A LO QUE LLAMAMOS FIXO. ESTO SI SON ALEGORÍAS A LAS MARCAS. Pero decir tablet, de forma generica, es como decir coche, telefono o lavadora. Es un instrumento y no una publicidad solapada de ninguna marca. SEÑORES, VIVIMOS EN EL SIGLO XXI. Y aunque los padres pertenezcamos mentalmente al XX, debemos cuidar el valor que dqamos a las palabras. Nuestros hijos lo reciben y así lo adoptan. Luego ellos tienen problemas con las marcas, dejan de ver el instrumento y si no es de la marca que corresponde a la moda del momento "no les sirve".
Yo si estoy de acuerdo con CRISTOBAL. Quizá si cumplieran menos el expediente y trabajaran en conjundo con los profesionales del sector....... obtendrian el pulso real de la situacion en cada centro y edad.FELIZ VERANO Y VUELTA AL COLE PARA TOD@S
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