Cuando
reflexiono si damos religión en la escuela, no me refiero a la materia que la
nueva ley educativa ha elevado a la categoría de asignatura evaluable, como si
de una ciencia se tratase. Esta cuestión no tiene discusión. Es un ejercicio de
poder que nos han colado. ¡Como si los dioses fuesen mundanos!
Cuando
afirmamos que damos religión en la escuela queremos decir que impartimos las
distintas asignaturas como si de religión se tratara. Me explico con pocas
palabras:
Tenemos
un libro de texto, con verdades que debemos transmitir, como un catecismo de
antaño.
El
alumnado tiene que aprender, de memoria, las verdades y creer en ellas, como si
fuese la religión de la nueva era.
Comprobamos,
mediante exámenes parciales, finales o externos, que las conocimientos han sido aceptados y
grabados a fuego en nuestra alma y en nuestro cuerpo.
La
liturgia: el silencio. Asentir con el cuerpo, sentados en fila, mirando al
frente, al dios supremo. Antes, la pizarra de tizas, donde se escribían las
máximas. Hoy, estamos más modernos, miramos a la pizarra digital, el nuevo
crucifijo, el dios de la era neoliberal, sin cuestionamiento.
Para
ser un buen discípulo sólo hay que aprobar, memorizar el catecismo de pe a pa,
sin miramiento, sin preguntas, sin duda alguna. El catecismo, ya se sabe, dice
verdades como puños, sin fisura.
Las
editoriales, las nuevas iglesias, nos han revelado las verdades supremas. El
dios dinero está detrás, no me cabe la menor duda. El magisterio religioso sólo tiene que dar sermones
en el púlpito, con las técnicas más modernas, para que los súbditos devotos,
sin digerir siquiera, sólo tengan que comulgar, tragar, contenidos para luego
vomitar en un examen cualquiera.
Esta
es la era de la nueva religión. Creer sin pensar siquiera.
¡Cuándo
llegará una nueva escuela! En la que la duda sea cotidiana y razonable; en la
que pensar sea la norma, en donde la verdad se ponga a debate, en la que las
chavalas y los chavales naveguen a ciegas en un futuro inalcanzable. Cuándo llegará una escuela en la que, quienes la
habiten, la disfruten sin ningún dios que la limite. ¡Cuando llegará la nueva
escuela!
Noviembre
de 2016
1 comentario:
Sueño con ese día...
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