24 de noviembre de 2024

CUENTOS QUE NOS AYUDAN A CRECER. Hansel y Gretel

Los cuentos narran mitos ancestrales y nos regalan enseñanzas esenciales a través del tiempo. Hansel y Gretel es un cuento, de los hermanos Grimm, imprescindible en estos momentos hedonistas y de premuras. Porque, ¿quién no se ha extraviado alguna vez, en algún momento? Pues para eso están los cuentos, para ayudarnos en la búsqueda de senderos que nos guíen en esta vida incierta. 

Dos hermanos se pierden en el bosque, igual que la niñez se siente perdida en su construcción como persona, igual que todos nos perdemos en algún momento de nuestras vidas. Y es que la vida requiere de un riesgo necesario que debemos asumir en la búsqueda de la identidad.

La infancia siempre encuentra caminos contradictorios en su crecimiento: la independencia y la seguridad, dos necesidades incompatibles pero necesarias a la vez. Porque no hay independencia sin riesgo, ni seguridad sin lesión.

Hansel y Gretel huyen de sus padres, como sucede en todo crecimiento, para intentar construirse como personas independientes, evitando que sus progenitores maten su crecimiento con un exceso de protección. Buscan, fuera de la familia, la felicidad, la realización personal, el placer, la casita de chocolate del cuento.

La infancia en su desarrollo, como en el cuento, suele dejar migas de pan por el camino por si tiene que volver a casa buscando consuelo. Pero suele haber un riesgo: siempre hay pájaros acechando para borrar el rastro que dejamos cuando la vida se complica en demasía.

Este cuento habla del desarrollo y el crecimiento personal. Crecer es adentrarse en un bosque incierto a la vez que esperanzador, aunque siempre nos acecha el miedo de un futuro amenazador que nos obliga a mirar constantemente hacia atrás. Porque crecer es atreverse a experimentar, indagar, explorar, imaginar un futuro prometedor; pero, con el miedo a cuesta, cargando con la incertidumbre de un futuro incierto. Crecemos indagando un futuro embriagador, soportando la incertidumbre de una posible frustración, sintiendo el miedo de una bruja o de un monstruo que nos devore; y siempre con la duda de si sería mejor volver a casa, a una placentera etapa anterior, o atrevernos a explorar nuevos universos. Ese es el dilema del crecimiento que nos relata esta narración.

Hoy día, este cuento es muy necesario, porque la infancia busca como nunca el placer inmediato, la casita de chocolate, que satisfaga placeres momentáneos.

Pero el cuento nos muestra que en la búsqueda de la felicidad siempre hay obstáculos: bosques, monstruos o brujas que nos pueden devorar. Solo con la ayuda de otras personas, con ingenio y tesón podremos salir airosos, luchando y sufriendo miles de contrariedades que la vida nos depara.

Varias enseñanzas nos muestra este mito en forma de cuento: la necesidad de separarnos de nuestros progenitores para poder madurar, la búsqueda de nuestros deseos, pero aceptando la responsabilidad que nos acarrea y la necesaria autonomía para la conquista de la identidad personal.

Debemos contar cuentos a nuestro alumnado, a nuestros vástagos, a las nuevas generaciones, para que aprendan que la vida es el camino de nuestros deseos, en un bosque en el que siempre habrá dificultades que superar. Por eso son necesarios los cuentos en la infancia, porque recrean la vida de forma simbólica, y nos muestra caminos imaginados que nos pueden ayuden a crecer como personas.