PERSONAS DE TIERRA Y AGUA
Documentación
sobre actividades libres en un patio de infantil
1.- Prejuicios.
Solemos actuar a partir de
pensamientos estereotipados que hemos construidos socialmente y que no siempre
coincide con la realidad.
Estamos cargados de
prejuicios, que pocas veces son verdad, pero que nos hacen actuar conforme a
ellos. Sólo la observación sobre la práctica
puede desmontarlos, a partir de un análisis exhaustivo y una reflexión
compartida de los educadores.
Prejuicio
1.
Son muchas las voces que argumenta que en el patio de infantil no puede haber
un jardín porque los niños no lo cuidan y acaban destrozándolo todo. Este
pensamiento es un prejuicio generalizado, que acaba paralizando cualquier
iniciativa en la creación de un jardín o de cualquier otra actividad.
Prejuicio
2.
Otro prejuicio que suele existir es que los niños y niñas con problemas de
comportamiento son los primeros que romperán cualquier actividad novedosa que
se realice.
2. Diseño de la tarea
Algunas clases de infantil
han plantado flores en el patio. Las plantas vinieron de casa o las vieron
brotar en semilleros que mimaron en el aula. En alguna clase incluso vino un
abuelo jardinero a enseñarnos a plantar.
Lógicamente, fue
entusiasta la atención y participación de los niños y niñas que plantaron en su
patio de juego. Ahora quedaba comprobar que durante los recreos, en el tiempo
libre, las plantas fueran respetadas. Y es ahí cuando se rompieron nuestros
prejuicios.
3. Rompiendo prejuicio 1
Curiosamente, en contra de nuestras expectativas, después de un tiempo de observación comprobamos que algunos chicos y chicas se acercaron a cuidar las plantas. Unos estuvieron regándolas, otros quitando chinos de alrededor, quizás para que no tropezaran al crecer, otros simplemente observándolas. Se había echado por tierra el primer prejuicio. Comprobamos que cuando los chicos y chicas son protagonistas de la construcción de su jardín, cuando lo hace suyo, lo cuidan y lo respeta. No hay más que observar las caras de entusiasmo y la atención con que observan las plantas.
4. Rompiendo prejuicio 2
Después de un tiempo de
observación detectamos que la mayoría de los chicos y chicas que cuidan las
plantas y que se pasan todo el recreo regando con un vasito lo sembrado son, sorprendentemente,
algunos chicos y chicas que presentan ciertas conductas no deseadas en clase.
Curiosamente, detectamos chicos y chicas de todas los
cursos de infantil, pero que mayoritariamente eran personas con problemas para
estar sentado en el aula, para atender durante mucho tiempo, que tenían
comportamientos inadecuados, que se mostraban impulsivos, desafiantes o desatentos
en muchas ocasiones.
5. A modo de conclusión
Reflexionando sobre la
cuestión comenzamos a pensar que existe una tipología de personas dentro del
aula, que a veces diagnosticamos de hiperactivos, desatentos, desafiantes, o
con problemas de conductas, y que en el patio se muestran atentos, cuidadosos,
responsables, cariñosos, sociables y muy interesados por actividades de tierra
y de agua.
Pensamos que, en estas
edades tan tempranas, es necesario que la infancia salga de esas aulas tan
académicas, con tantas actividades de papel, y vuelvan a donde tradicionalmente
estuvieron y de donde nunca debieron de haber salido, el campo, el jardín, la
tierra y el agua. Porque a estas edades aún necesitan de actividades al aire
libre para completar su desarrollo integral de forma saludable.
Es por ello que, sin
pretensión científica, ni estadística ninguna, convenimos en llamar a estos
niños, a estas niñas, personas de tierra
y agua.
Es por ello que intuimos
que la observación directa, la reflexión compartida y la documentación de las
actividades diarias del alumnado son las mejores formas de perfeccionamiento,
de investigación y de ruptura de prejuicios.
Cristóbal
Gómez Mayorga, primavera de 2014
Especialista
en Pedagogía Terapéutica
C.E.I.P.
EL ROMERAL (Vélez-Málaga)
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