Eres sabio porque sabes escuchar. La palabra necesita un oído que le dé la relevancia que merece. He leído tus columnas desde el punto de vista que me gusta: del tuyo.
Escuchar con los oidos, con los ojos, con todo el cuerpo. Sentir en el corazón lo que nuestros niños nos cuentan y cómo nos lo cuentan. Tomar sus palabras en SERIO. Interesante observación de dos casos que como siempre, sin esos ojos curiosos por averiguar y sin ese corazón abierto para tratar las cosas desde el amor, no se puede detectar lo que pasa. Tú puedes.
2 comentarios:
Eres sabio porque sabes escuchar. La palabra necesita un oído que le dé la relevancia que merece. He leído tus columnas desde el punto de vista que me gusta: del tuyo.
Escuchar con los oidos, con los ojos, con todo el cuerpo. Sentir en el corazón lo que nuestros niños nos cuentan y cómo nos lo cuentan. Tomar sus palabras en SERIO. Interesante observación de dos casos que como siempre, sin esos ojos curiosos por averiguar y sin ese corazón abierto para tratar las cosas desde el amor, no se puede detectar lo que pasa. Tú puedes.
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