La primera comunicación es sensitiva, luego motriz y por
último simbólica. Eso nos dice la ciencia hasta ahora. Una personita sin
lenguaje verbal abre la boca para pedirnos que abra un cajón y salta para
decirnos que lo cojamos en brazos. Piensa y se comunica con el cuerpo. Es demasiado
complejo el lenguaje simbólico. Antes debe desarrollar los primeros soportes
mentales para, a partir de ahí, construir con base firme las altas torres del
pensamiento que, por último, será reflexivo.
Las sensaciones del cuerpo es lo primero, luego, en lo motriz
está el incipiente pensamiento. Mucho después viene la palabra. El lenguaje se
articula con conexión emocional; sólo entonces es posible la verdadera comunicación.
Lo último es la escritura. Porque para escribir, antes hay que sentir, actuar, pensar
y tener intención comunicativa. Sólo así lo escrito llevará un mensaje dentro.
Porque escribir no es hacer garabatos, ni pintar sonidos, sino transmitir mensajes
a los seres queridos, es dibujar emociones que lleguen a otros corazones.
Pero hay gente y escuelas que creen que hay que aprender a
escribir mientras antes mejor, saltándose etapas imprescindibles en el
desarrollo. Y no. Hay que comenzar por los cimientos y con paciencia, para que
no se nos hunda el castillo de naipes del desarrollo. Primero, lo sensorial;
luego, lo motriz, la imitación, la conexión emocional, el dar sentido a los
desvaríos del cachorro, para que comience a digerir la complejidad de la
existencia; y así, poco a poco, se conquista la cumbre de lo humano: lo
simbólico, el pensamiento, la construcción de la subjetividad y la consciencia.
Y por último la escritura pensada. Porque
escribir sin conciencia ni es escritura ni nada.
Todo esto es una obviedad sabida, investigada y publicada
pero, es necesario recordar, hoy día; porque dicen que hay inteligencia
artificial, que es el no va más.
Debemos de estar alerta del peligro que nos viene. Será divertido jugar con
artilugios considerados inteligentes y artificiales, seguro que aportará valor
añadido al mercado; pero la educación de la infancia necesita personas
sintientes que construyan personas. Sólo pasito a pasito y con amor se
construye un ser humano. Es necesaria sospechar sobre la tecnología que nos
quiere suplantar.
Igual que sólo es posible injertar plantas del mismo género y
de la misma especia, la humanidad sólo brotará futuras generaciones si se conecta
con yemas de humanidad. La construcción
humana sólo es posible desde lo humano. Lo demás es inteligencia deshumanizada. No existe, por tanto, inteligencia
artificial. Si hay inteligencia siempre
deber ser humana. Lo demás es algoritmo deshumanizado.
Dice Wikipedia que algoritmo es una secuencia de pasos
finitos bien definidos que resuelven un problema. Por lo que los algoritmos
ni sufren, ni padecen, ni son humanos y mucho menos inteligentes. Son producciones
mecánicas. Serán resolutivas, eficaces y productivas, pero ni inteligentes ni
humanas.
Para crear a un ser humano es imprescindible que alguien de
la misma especie interprete, dé significado y metabolice los desvaríos
amorosos de un ser biológico que fue imaginado y deseado.