DIAGNÓSTICOS OBJETIVOS, SIN SUBJETOS
¿Cómo
se puede diagnosticar a un niño, a una niña, sin preguntar qué les pasa?
Algo le dolerá, algún síntoma sentirá, se encontrará de alguna manera, sufrirá
por algo, cierto asunto le inquietará,... ¡Alguna palabra saldrá de su boca que
intente explicar su sufrimiento!
Ya
son muchos los casos de diagnósticos con los que tropiezo en los que nadie
preguntó a la personita sufriente qué le pasa. Sólo dos ejemplos:
Una
madre llegó con un cuestionario para diadiagnosticar a su hijo de TDAH. El
caso es que saqué al niño de clase y hablé con él. Le digo que su madre está
preocupada. Me dice que lo están llevando a una psicóloga. Le pregunto qué le
pasa y me cuenta que está sufriendo por su hermana porque le ha ocurrido algo
muy grave. Me lo cuenta. Evidentemente, para preservar el anonimato, no debo
desvelar aquí su relato, pero lo que narra es para estar más que alterado y
ausente. Y yo me cuestiono: ¿nadie le ha preguntado a este niño por qué no
atiende en la escuela? Al poco tiempo, trae informe psicológico privado con diagnostico de Trastorno
por Déficit de Atención. El orientador del centro, ante la demanda de
confirmación del diagnóstico externo, quiere comprobarlo y realiza una
actividad a toda la clase en la que se encuentra el alumno. Es una prueba en la
que se requiere, máxima atención, memoria y capacidad ejecutiva durante un largó periodo de tiempo. En esta
prueba saca la segunda mejor nota de la clase. Evidentemente el diagnóstico no era correcto. Simplemente estaba pasando por un periodo de conflictos familiares que le hacía estar ausente en muchos momentos de clase. Problemática que, quizás, la familia también quería esconder bajo un diagnóstico clínico. ?Se puede diagnosticar con sólo unas preguntas a un familiar, juez y parte en esta historia? Es evidente que con un cuestionario sobre TDAH lo más probable es que su hijo salga con la etiqueta, ya que todas las preguntas van enfocadas desde esa visión: no atiende en el colegio, no aprende, se mueve demasiado, está inquieto, etc.
prueba saca la segunda mejor nota de la clase. Evidentemente el diagnóstico no era correcto. Simplemente estaba pasando por un periodo de conflictos familiares que le hacía estar ausente en muchos momentos de clase. Problemática que, quizás, la familia también quería esconder bajo un diagnóstico clínico. ?Se puede diagnosticar con sólo unas preguntas a un familiar, juez y parte en esta historia? Es evidente que con un cuestionario sobre TDAH lo más probable es que su hijo salga con la etiqueta, ya que todas las preguntas van enfocadas desde esa visión: no atiende en el colegio, no aprende, se mueve demasiado, está inquieto, etc.
En
otra ocasión teníamos un alumno diagnosticado de TDAH desde los 4 años. No sé
si la edad es adecuada para una etiqueta tan pesada. El informe venía firmado
por un neurólogo. Esto ya es más serio, ¡era médico!. Pues bien, en el diagnóstico
ponía como prueba de la etiqueta un cuestionario a la madre. Nadie le preguntó
al niño por qué pegaba a sus compañeros, por qué estaba nervioso, por qué no
atendía en la escuela, qué le pasaba... Es verdad que tenía 4 años, pero a esa
de edad tengo comprobado que los niños y las niñas ya piensan, hablan y
razonan. Cuando hablo con el niño me cuenta que su padre pega a su madre y él
tiene que separarlos con mucha fuerza, para que no le haga daño... Se me caen
dos lagrimones.
Podría
contar más historias de este tipo. En cierta ocasión pasé cuestionarios de
diferentes “trastornos” al mismo niño y me encajó en todos. Así que es
necesario elegir muy bien el cuestionario que pasamos porque puede ser causante
de su destino. Y es que creo que bajo
el yugo supuestamente objetivo de las pruebas diagnósticas de ciertos trastornos de moda, habría que
introducir algún argumento subjetivo: la narración de la persona a
diagnosticar. Creo que somos seres subjetivos, no somos objetos. Sería
conveniente, antes de cualquier diagnóstico, preguntar primero al
diagnosticado. Porque no es tan importante lo que creemos que tiene alguien,
sino cómo se siente, qué le produce sufrimiento, qué cree que le pasa.
Como
maestro novato de Pedagogía Terapéutica, he llegado a una conclusión provisional,
como todas las conclusiones en educación. Creo que debemos ayudar a los niños y
niñas preguntándoles primero cuál es su sufrimiento, porque de lo contrario estamos deshumanizando a la infancia. Debemos considerar a
las personas como subjetos sintientes, reflexivos, con narración propia,
autoestima, identidad y conciencia. De lo contrario estaremos deshumanizando a la infancia antes de tiempo.
Diciembre
de 2017