12 de junio de 2022

CONTRA EL RACISMO Y LA GUERRA, DESDE LA ESCUELA

Después de mi jubilación, volví un día al colegio para revivir emociones, para sentir qué quedaba de mi trabajo durante muchos años como maestro de escuela. Y resulta que, una alumna de sexto de primaria, de padres marroquíes, se abalanzó hacia mí y me dio el mayor de los abrazos. No era una alumna de necesidades especiales a las que yo atendía, por eso me extrañó. Pero recordé un incidente en el que, hace tiempo, intervine con ella. Ya se sabe que, la educación tiene efectos inesperados a largo plazo. 

Resulta que un alumno de quinto curso me dijo que una chica de pelo negro rizado, cara preciosa y rasgos magrebíes, le había pegado. Lo primero que hice es hablar con esta niña, que ya apuntaba a mujer, y le argumenté que no está bien hacer daño a un compañero. Lo segundo que hice es escuchar su justificación. Me dice que este chico le llama a menudo «mora» y le increpaba para que se fuera a su país. Acepto su ira. Es duro, habiendo nacido en España, que alguien te diga que tienes que irte de donde naciste. Es humillante que no te acepten como compañera de clase por ser diferente. Le digo que la comprendo pero que eso no justifica resolver los conflictos a golpes.

-Debes hablar con él y decirle cómo te sientes -eso le dije.

Luego hablo con el chico y le argumento que está mal lo que le hizo esta chica pero que debe comprender que le dolió mucho que quisiera que se fuera de España, porque ella nació aquí. Y que se sintió muy dolida, y por eso reaccionó así.

A los dos días viene el chico y me dice que ya ha resuelto el problema. La chica me dijo que su compañero le había pedido perdón y que ya eran amigos de nuevo. Se había resuelto el conflicto sólo hablando y comprendiendo el dolor de cada cual, desarrollando empatía, sin necesidad de castigos. Este chico había aprendido que con sus insultos podía herir a otra persona; además, comprendió que en España vive gente de distintas partes del mundo y que eso nos enriquece. Sé que, en el fondo, le gustaba esa chica pero no fue correspondido. Siempre buscamos justificaciones a nuestro dolor. Y el racismo es una simplicidad muy recurrente que suele utilizarse cuando la vida nos contradice.

Debemos aprender en la escuela que todos fuimos, alguna vez, de otro país. Porque algún antepasado llegó, en tiempos pasados, a nuestra casa, buscando el sustento. Porque los países se formaron a base de guerras y dominaciones para sobrevivir. Porque, en última instancia, todas las personas somos inmigrantes venidos de África, donde se forjó el homo sapiens en tiempos inmemoriales. Y es que todas las personas somos inmigrantes en alguna época de nuestro pasado.

Pero toda la gente vivimos, irremediablemente, en el mismo planeta. Es importante aprenderlo para que, en un futuro, se acaben las guerras. ¡Crucial tarea tiene el profesorado de primera enseñanza! Por eso creo que es importante resolver bien los pequeños conflictos que se generan en la escuela. Porque ahí empieza el camino hacia la paz del mundo. ¡Menuda responsabilidad tenemos las maestras y los maestros de escuela!

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