3 de septiembre de 2023

EL FIEL DE LA BALANZA

La sociedad se está polarizando. Intentan que estemos a un lado o a otro de la balanza: buenos o malos, españoles o antiespañoles, comunismo o libertad, conmigo o contra mí, blanco o negro… y la gente común nos encontramos en el charco, entre Pinto y Valdemoro. Es una evidente simplicidad, pero estamos comulgando, sin saberlo, con la bipolaridad.

Según la RAE, en su segunda acepción, fiel es “la aguja que juega en la caja de las balanzas y romanas y se pone vertical cuando hay perfecta igualdad en los pesos comparados”.

Es evidente que vivimos en un mundo diverso y complejo que no es necesario justificar. Pero nuestra mente está programada de forma simple, y las mentes digitales de las nuevas generaciones, mucho más. La dualidad es la más obvia de las mentiras, pero funciona. Los políticos lo saben y buscan siempre poner un fiel que parta a la sociedad en dos mitades, evitando aceptar una sociedad cada vez más compleja. Es necesario resistirse a tanta simplicidad.

El tema está desubicado, porque la cuestión no es dónde ponemos el fiel de la balanza, sino en si es pertinente poner un cuchillo que nos parta por la mitad con criterios contrapuestos.

Educar es un acto político, no es posible educar sin ideales ni objetivos. Es necesario educar a favor de los derechos de todas las personas, sobre todo de los más desfavorecidos; es imprescindible corregir los desajustes económicos que genera este mundo, contrarrestar los poderes perniciosos, proteger a las minorías… y reflexionar sobre este mundo que nos ha tocado vivir con una actitud crítica, para que la gente viva de forma decente y pueda ser feliz.

Recomiendo visualizar la película La ola, dirigida por Dennis Gansel. Es una obra maestra que recrea la experiencia educativa La tercera ola, en Alemania, y nos revela lo fácil que es dividir a la población por la mitad con un simple fiel de la balanza, y lo fácil que es hacernos creer que somos exclusivos, superiores, únicos, elegidos… frente a los demás, y odiar al diferente creyéndonos en la verdad. Cada vez que la veo se me altera el corazón y otorgo más importancia a una educación integradora que acepta la diversidad.

En esta película se muestra cómo con técnicas de control emocional y social se puede generar personas simples, nada reflexivas, despertando las emociones más viscerales y letales, sin reflexión ninguna, creando identidades contrapuestas fáciles de manejar.

En una sociedad compleja es necesaria una educación diversificada, holística, personalizada, profunda, reflexiva, investigadora…, siempre mejorable. Y es imprescindible huir de los análisis simples, en donde hay buenos y malos separados por el maldito fiel de la balanza.

Si fuese necesario un fiel de la balanza debería ponerse entre el respeto a los Derechos Humanos contra quienes quieren seguir teniendo poder y privilegios. Pero lo mejor es no dividir a la sociedad en mitad alguna, sino educar en la sociedad de la incertidumbre, para que aprendamos a vivir en la compleja y verdadera diversidad humana.


2 comentarios:

Emilio dijo...

Hay dos párrafos que deberían de estar en algún panel a las entradas de los colegios: Uno es el que comienza con Educar es un acto político....no puedo estar más de acuerdo con lo que dice todo el párrafo...el otro es : si fuese necesario un fiel...Derechos Humanos....totalmente de acuerdo también.
Algún comentario personal: efectivamente la polarización que ya está instalada no solo en España, no es una idea de este país, que ha ido aceptando durante décadas que la democracia era un bien y que había que respetar al adversario...uníco fundamento de una sociedad democrática. Pero han comenzado desde hace años una polarización que aquí está siendo importada, que viene de otros sitios y genera lo peor también aquí...y que además genera simplificaciones tremendas.
El otro comentario: si la educación, y no solo, no pretende corregir los desajustes o las desigualdades, entonces además de estar favoreciéndolas, supone un precio que pagamos como sociedad.
Buena reflexión Cristóbal.

Cristóbal Gómez Mayorga dijo...

Gracias, Emilio, por tus palabras certeras Siempre analizando la esencia de lo que escribo y contextualizándolo de manera acertada. Abrazos.