Después de dos años de jubilado como maestro, me
aborda una maestra de Educación Infantil dándome las gracias por mi proyecto
sobre El Monito Gugú. Es una narración que suele realizar en su aula porque
funciona para mitigar la angustia que produce la separación de su alumnado en
los primeros días de escolarización. Me dice que su alumnado le pide a diario
que narre el cuento y le cante la canción, y que todos quieren llevarse el
monito a casa.
Es bonito, después de tanto tiempo, recoger los
frutos de semillas sembradas. Pues hace veinte años que regalé a los cuatro
vientos, en conferencias y jornadas, un cuento con canción y actividades que en
mi clase funcionó. Y mira por donde, después de tantos años, el monito Gugú sigue
dando seguridad y cariño a la infancia en esos momentos de desamparo al entrar
en una institución como la escuela.
El periodo de adaptación de los niños y niñas de
tres años que por primera vez entran en la escuela es uno de esos momentos
existenciales conflictivos que necesitan de la narración para elaborar la nueva
realidad.
Y es que «la
narración es un conjunto de palabras ordenadas de tal forma que impregna el
alma de los niños y niñas y ata con lazos los sentimientos más desaforados para
que no se desboquen».[i]
En este cuento se trabaja sentimientos como: la
angustia de la separación, el amor, la
tristeza, la alegría,
Y se trabajan valores como: la aceptación de la
diferencia, la capacidad de frustración, la espera, la ayuda, la solidaridad,
etc.
El cuento ¡Mua!, de Jez Alborouch, narra la hazaña
de Gugú[ii],
un pequeño monito que se pierde en la selva y busca a su mamá. La separación de
la madre le deja afligido, sobre todo cuando ve a los demás con sus respectivas
madres. En un largo camino por la selva a lomo del elefante, tropieza con diversas
familias de animales, hasta que al fin encuentra a su mamá. El cuento acaba con
una maravillosa imagen del abrazo con su
madre.
Existen dos formas diferentes, en la búsqueda de la
verdad, en función del objeto de conocimiento. Por un lado están las ciencias
empíricas que empleamos para las cosas simples, concretas, objetivas y
controlables. Pero en la vida nos topamos a diarios con situaciones complejas y
difíciles que debemos dominar. Para ello contamos con la narración como una
forma rica y compleja de comprender la realidad. Eso nos enseña Bruner en su libro
La educación puerta de al cultura.[iii]
Los cuentos son los mitos idóneos para la infancia; son narraciones que
representan un conflicto existencial que resuelve de forma simbólica, por lo
que pueden ayudar a los niños y niñas a asumir los conflictos vitales que les
suponen la adaptación al mundo, la separación de sus familias y la conquista de
su autonomía.
Letra de la canción:
el corazón más blandito. (bis)
El monito Gugu se ha perdido
y llora porque mamá se ha ido. (bis)
Cuanto más chiquito
el corazón más blandito. (bis)
La mamá ve a Gugu desde lejos;
le trae cacahuetes, le da besos. (bis)
Música:
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